Ante las diferentes situaciones que se presentan en la vida, es necesario dar una solución, encontrar una salida ¿cuentas con la suficiente salud emocional para responder o simplemente sobrevives?
Hemos visto en las anteriores entradas que de acuerdo a las investigaciones que ha llevado a cabo el Dr. Hamer a lo largo de los últimos 30 años, para que se constele una enfermedad grave en nosotros deben darse conjuntamente cuatro criterios: vivir una situación altamente traumática, inesperada, vivida en aislamiento y que te pilla a contrapié. En entradas como Empatía para amortiguar un impacto emocional, Recursos internos para la salud emocional. 6 Pautas. Parte II, entre otros he explicado cada uno de estos factores y hoy abordaremos el último criterio: que te pille a contrapié, así mismo veremos y cómo aumentar nuestra salud emocional.
La génesis de una enfermedad según Hamer
Antes de continuar veamos de manera muy general cómo es que se produce, según Hamer, la enfermedad. El Dr. Hamer dice que todo impacto psíquico, altamente traumático que nos toma por sorpresa y es vivido en aislamiento produce una ruptura de campo electrofisiológico en un área concreta del cerebro y a partir de ese momento se lesiona el órgano que es gobernado por esa parte del cerebro. Lo anterior fue constatado por él con escaner cerebral en miles de pacientes oncológicos y otros con enfermedades graves.
Lo anterior quiere decir que la persona no puede parar el impacto altamente traumático, que traducido psicológicamente sería que, no tiene en ese momento la capacidad psíquica para dar una respuesta que le permita codificar adecuadamente el evento a nivel del cortex cerebral del lóbulo frontal que es donde se integra la información. Es decir, la situación traumática se relaciona con un punto débil del sí mismo, de su personalidad y ésto le impide remontar psíquicamente.
Por ejemplo, acaban de informarte que estás despedido. Sientes como se abre la tierra bajo tus pies pues contabas con este trabajo para tu sustento y el de tu familia (altamente traumático), en ningún momento se te había pasado por la cabeza la posibilidad de quedarte sin empleo (inesperado), llamas a tu pareja para contarle lo que pasa y en lugar de decirte por ejemplo: imagino lo mal que lo estás pasando pero ya haremos algo al respecto, confiemos en que todo saldrá bien, lo que recibes es algo como: a saber que harías para que te despidieran, y ahora que vamos a hacer? yo no puedo vivir así, tendrás que buscar algo pronto, vamos a pasar hambre (vivido en aislamiento, sin sentir que otro es empático contigo) y te pilla a contrapié porque es una situación sorpresiva que justo en este momento te pilla fatal, no estabas preparado para afrontarla, bien porque esperabas otra cosa, o simplemente porque te pilla en un mal momento.
Ante este impacto emocional, la persona se lo tiene que tragar. La idea por ejemplo de no poder alimentar a su familia le está dando vueltas continuamente, lo vive en soledad, en aislamiento, no lo comunica. “Mientras dura esa situación conflictiva se produce un cortocircuito a nivel cerebral y desde allí se manda un error de codificación al órgano. De este modo aparece la enfermedad en el órgano. Esta primera ley se cumple en el cien por ciento de las enfermedades excluyendo tres tipos de enfermedades: los traumatismos, los envenenamientos y las que ya se nace con ellas. Todas las demás, absolutamente todas se rigen por esta ley”*. Esta ley demuestra que los seres humanos somos integrales y por primera vez se pueden valorar los tres polos del ser humano: psique, cerebro y órgano.
Supervivencia a la falta de salud emocional
Hamer descifró el funcionamiento de la biología y lo que la biología intenta hacer cuando el psiquismo no responde adecuadamente. Ya que no contamos con las herramientas emocionales para responder en términos psíquicos a las situaciones traumáticas, la biología sale a nuestro rescate y activa programas de superviviencia.
Entonces cuando el psiquismo no responde adecuadamente y no es capaz de gestionar una respuesta, se dispara un programa biológico que responde a lo que no supimos hacer como seres humano, la enfermedad es el resultado de que el psiquismo no responde adecuadamente y la biología sale al rescate. Es decir: sucede algo que activa en nuestro sistema una respuesta automática, sin que haya tiempo para que pueda ser mediado por la mente. Por eso decimos que es biológico, porque “no hay tiempo” para interpretarlo por la mente.
Veámos como lo explicaba el Dr. Fermín Moriano, experto español en Hamer “Todo impacto psíquico, altamente traumático, hiperagudo que te pilla a contra pie, inesperado, produce efectos en la psique, el cerebro y el órgano. Hamer lo compara con el penal en un partido de fútbol, el portero se tira hacia un lado y la pelota va para el otro, de esta manera se hace el gol”*. El portero dio una respuesta a la situación, se lanzó hacia el lado que creía iría la pelota pero ya en el aire es que se da cuenta que la pelota va en otra dirección, sin embargo él en el aire no puede cambiar de trayectoria y no puede evitar el gol, que es en últimas su único objetivo.
Siguiendo con el ejemplo de quien se queda sin empleo, éste al recibir la noticia se siente paralizado, cree que se han cerrado todas las posibilidades en su vida y que no podrá hacerse cargo del sostenimiento de su familia, es decir, psíquicamente no se siente apto para responder a esta situación que le demanda una respuesta inmediata; entonces se da cuenta que la situación le pilla a contrapié, y al no poder responder la biología lo hace por él. Ahora bien, el colorido del conflicto determinará el órgano afectado, esto que quiere decir? Que si la persona del ejemplo siente que no podrá alimentar a su familia es probable que el órgano afectado sea el hígado que es el encargado de administrar y gestionar los alimentos que se ingieren.
A mayor salud emocional menor será la necesidad de activar los programas de supervivencia
Si la persona espera el golpe no hay gol
Todo lo escrito anteriormente tiene simplemente como propósito que comprendamos la importancia de gestionar nuestra salud emocional. Volviendo al ejemplo del portero si éste logra lanzarse en la misma dirección de la pelota y evita el gol se sentirá satisfecho y orgulloso de sí mismo. De igual modo, ante las situaciones que se nos presentan, que son inevitables, podemos sentirnos competentes para responder a ellas y una vez resueltas sentirnos fortalecidos, satisfechos y orgullosos de cómo llevamos nuestra vida.
Algunas pautas para responder de manera saludable a situaciones de alta demanda emocional:
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Deja de sentirte responsable por otros adultos. Cuando asumes las responsabilidades de otros o te sientes responsable por ellos los estás infantilizando, los tratas como incompetentes y les restas poder personal. Permite que cada uno sea responsable de sí mismo.
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Amplía la perspectiva de tu situación. Desde dentro del huracán solo se verá caos. Busca ayuda o la compañía de personas que te ayuden a observar tu situación desde una nueva perspectiva.
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Deja fluir tu creatividad. Una lluvia de ideas sobre tu situación te ayudará a encontrar salidas creativas y que a priori no habrían surgido. Puedes hacerlo solo o en compañía de personas que creas pueden ayudarte.
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Comparte con otros tu emociones y sentimientos sobre lo que te sucede.
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Ábrete a la posibilidad de que la vida es cambio constante. Si tienes esta certeza sabrás que los posibles tiros a tu portería serán constantes y estarás mejor preparado.
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Prepárate continuamente, aprende, estudia, lee, comparte con personas de diversas maneras de pensar y vivir, seguro que sus experiencias vitales te aportan ideas para resolver las exigencias de tu propia vida.
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Conoce nuevas personas, amplía tus horizontes.
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