Si abandonas tus propósitos probablemente no te sientas muy bien después. Tal vez alguna vez te ha pasado y te ha quedado el sinsabor de no ser capaz de llevar a cabo una acción, incluso pequeña, por mucho tiempo.
Seguramente al iniciar el año o en el día de tu cumpleaños te haces promesas a ti mismo como: bajaré de peso, dejaré de fumar, iré al gimnasio, no comeré dulce o me haré vegetariano. Sin embargo unos días después estás de nuevo haciendo lo que querías dejar de hacer.
Quizá has escuchado que para crear un hábito necesitas 21 días. Si llevas a cabo un nuevo comportamiento de manera constante durante 21 días, en adelante ésta se hará parte de tus rutinas cotidianas convirtiéndose en un hábito. Probablemente esta idea surge un libro publicado por un cirujano plástico en 1960. En su libro este médico contaba su experiencia con pacientes amputados que para acostumbrarse a la pérdida de su miembro necesitaban 21 días.
«El momento en que aceptas total responsabilidad por TODO en tu vida es el momento en que reivindicas el poder de cambiar CUALQUIER COSA en tu vida.» Hal Elrod
En el libro Mañanas milagrosas se propone una alternativa interesante. Puedes crear e interiorizar un hábito en 30 días. El autor propone 3 frases y una vez se han superado cada una de ellas verás que el nuevo hábito se integra a tus rutinas cotidianas. Cada una de las fases tiene una duración de 10 días y tienen un orden lineal.
Fase 1. Insoportable
Comenzar es lo que más puede costar. Se hace menos sencillo si piensas que el nuevo hábito es algo que tendrás que hacer toda la vida. Es como ver una montaña muy alta y lejana que quieres escalar. Seguramente llegar a la cima será una meta casi inalcanzable. Sin embargo, si te planteas caminar cada día unos kilómetros, día tras día avanzarás hasta la cima.
Igualmente puedes hacerlo en lo relativo al hábito que deseas hacer realidad en tu vida. Piensa simplemente que estas pasando por una fase de 10 días. Que es una acción o comportamiento que sólo tienes que ejecutar por una corta temporada. Son sólo 10 días.
Definir un limite muy largo desmotiva. Si el primer día piensas que es el día 1 de 120 (4 meses) se hace insoportable, lo ves como una meta muy lejana, casi inalcanzable. El 95% de la gente no cumple sus metas y abandona en estos primeros 10 días.
Plantearte que por muy insoportable que parezca es simplemente un tema pasajero, solo 10 días, es un factor altamente motivador. Una vez superas los 10 días pasas a una siguiente etapa.
Fase 2. Incómoda
Superados los primeros 10 días que ha sido insoportables, entras en la siguiente etapa. Durante los siguientes 10 días es cuando te das cuenta que puedes mantener el hábito dentro de tu vida. Para integrarlo a tu rutina es fundamental la disciplina y el compromiso. Estos 10 días pueden ser bastante incómodos pero ha dejado de ser insoportable.
Fase 3. Imparable
Y llegas al famoso día 21. Es cuando incluso el nuevo hábito ha deja de ser incómodo. Ahora eres imparable. Una vez han pasado estos primeros 20 días, no hay nada que pueda detenerte. Con estos últimos 10 días se afianza el hábito. En 21 días se adquiere el hábito pero lo puedes perder si no afianzas las conductas. Para que no desaparezca el nuevo hábito empieza por llegar al día 30. Ahora es una parte más de tu vida.
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