En la entrada ¿Estoy haciendo lo correcto? La clave definitiva has podido reconocer que de manera permanente tu cuerpo se manifiesta y si lo atiendes puedes, con su ayuda, tomar las mejores decisiones en cada situación.
Hoy quiero compartir contigo tres estrategias que de manera clara favorecen tu comunicación con tu cuerpo. Estas estrategias puedes conocerlas de manera más detallada en el libro Una maestra llamada enfermedad del médico colombiano Santiago Rojas Posada.
1. Prestar atención
Constantemente recibes señales de tu cuerpo. Unas veces son tan suaves o eventuales que no las reconoces mientras que en otras ocasiones llegan a ser tan fuertes que transforman tu vida de un día para otro. No hace falta esperar a que tu cuerpo tenga que gritar, por ejemplo a través de una enfermedad grave, para que le prestes atención.
Pasa a la Acción
Lo que puedes haces cada noche es tomarte unos minutos una vez en cama y en un estado de bienestar y tranquilidad llevar tu atención a cada zona de tu cuerpo. Así podrás determinar el nivel de equilibrio y armonía subjetivo de tu organismo. De este modo, las pequeñas alteraciones en el funcionamiento o sensación de una zona, órgano o sistema de tu cuerpo serán percibidas de manera mucho más clara y precoz. Con la práctica aprendes a reconocer las señales que envía tu cuerpo de manera inmediata, incluso si son muy sutiles.
Para este ejercicio puedes usar el audio que te propongo en la entrada ¿Estoy haciendo lo correcto?
2. Entender el mundo desde el punto de vista del órgano
Nadie mejor que tu mismo para reconocer las ventajas y desventajas de tu prácticas, costumbres y decisiones de vida. Veo con frecuencia personas diabéticas que consumen azúcar, o con colesterol alto que disfrutan de todos los alimentos que aumentan su colesterol. La autoagresión no necesariamente es cortarse las venas, es hacer todo lo opuesto a lo que necesita tu cuerpo para mantener la salud. Un buen ejercicio para “sentir” lo que se hace a sí mismo es ocupar el lugar del órgano.
No sólo funciona con enfermedades físicas. También puedes hacerlo en caso de perder un ser querido, tener miedo, o de vivir emociones muy intensas o descontroladas ya que cada órgano según disciplinas como la medicina china, con milenios de tradición, se corresponde con una emoción.
Pasa a la Acción
Para realizar este ejercicio sólo se requiere jugar, como lo haría un niño. Puedes escribir: Soy el riñón de Marcela, me siento…… me gusta……. necesito ……. y simplemente deja que se dé el proceso de escritura automática, sin parar a revisar lo que escribes, sólo déjalo fluir durante unos 10 minutos y una vez pasado el tiempo lee en voz alta lo que has escrito y observa qué te genera escuchar lo que escuchas, que sientes y dónde.
3. Utiliza el lenguaje simbólico
Las expresiones artísticas son el mejor camino para comprender lo que el cuerpo te quiere manifestar. Las limitaciones que puede presentar el lenguaje verbal a la hora de expresar lo que sientes, desaparecen cuando utilizas el lenguaje de las formas, figuras, colores y símbolos. el lenguaje simbólico te ayudará a ver de manera más clara lo que tu mente racional y controladora no te permite ver.
Pasa a la Acción
Puedes pintar lo que sientes al conectar con tu cuerpo. Tu elije la técnica, el material, el tamaño. No tienes que ser un artista consumado, simplemente se trata de dejar fluir las sensaciones y expresarlas en el papel.
Una vez terminado el dibujo o expresión artística puedes verla desde dos perspectivas. Primero desde las sensaciones que produce el mirarla una vez terminadas. ¿Es una imagen que relaja, que inquieta, que transmite alegría, tristeza, sencillez, confusión? Segundo, puedes observar las imágenes que de manera oculta se han manifestado en la creación artística: lágrimas, una zona en particular del cuerpo, un puño cerrado, un corazón roto…
Cualquiera de éstas vías, u otras similares, te permiten comprender todo lo que tu cuerpo quiere comunicarte para que puedas llevar a cabo los cambios que necesitas. Escuchar tu cuerpo puede transformar tu vida.
Gracias por compartirnos tus propias experiencias.
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