¿Necesitas ser eficiente siempre y no tienes un momento de quietud, calma y paz? Espero que no hayas llegado al punto de querer hacerlo todo sin perder ni un minuto y satisfacer las necesidades de todos porque crees que es cómo tiene que ser. Nada más lejos de tu salud y bienestar.
Esta trampa de ser siempre eficientes atrapa a todos por igual en el entorno laboral. Sin embargo atrapa en especial a las mujeres en su cotidianidad. Parece que si no eres eficiente, “pierdes tiempo” o descansas de más, no serás valorada. Sin embargo el resultado final es la fatiga.
Crees que sabes todo lo que necesita cada una de las personas que están a tu alrededor (hijos, pareja, padres, amigos) y te pasas el día cumpliendo sus necesidades sin tener en cuenta tus necesidades de pausa y descanso.
En la entrada Cinco trampas que limitan tus experiencias de aprendizaje y cambio te cuento más sobre éstas trampas y para qué estamos hablando sobre ellas.
Querer ser eficientes en situaciones nuevas
Durante el último año he visto muchas personas en estados de ánimo como frustración, desconfianza, enfado y mucha ansiedad cuando quieren ser tan efectivos trabajando desde su casa como lo eran cuando estaban en su oficina.
Sin embargo, no se dan cuenta que no tienen los mismos recursos y condiciones de trabajo y buscan tener los mismo resultados y entregar la misma cantidad de trabajo en el mismo período de tiempo ¿Te parece que tiene sentido? Desde luego que no, de ahí sus estados de ánimo negativos.
Una cosa a la vez
Aunque te parezca paradójico, la mejor manera de ser eficientes es trabajar en un tema a la vez. La multi-tarea requiere mayores recursos de tu cerebro y suele dejar detalles por fuera. En consecuencia vas a tener más errores, despistes y olvidos. Y queriendo ser eficiente haciendo varias cosas a la vez y sin descansar al final consigues tener más fallos y disgustos.
Cuantas veces no vas por casa respondiendo llamadas a tus clientes o amigos, recogiendo cosas, respondiendo a tus hijos a quién te habla y otras tareas más. Después no recuerdas exactamente dónde dejaste eso o aquello que ahora no encuentras.
Ser eficiente siempre no es sinónimo de ser adivino
¿Alguna vez has hecho algo por alguien que no valoró, no reconoció o te dijo: no hacía falta? Seguro que sí si eres de los que busca siempre ser eficiente.
No estés detrás de la gente haciendo cosas por ellos sin saber si le es tan valioso o tan necesario. Siempre pregunta y no sólo se trata de preguntar si lo necesita o no. Te en cuenta que tal vez NO eres la única persona que puede hacerse cargo. También pregunta que tan valioso y cuánto le importa al otro que seas tú quién lo haga. Seguro que en medio de tantas ocupaciones cotidianas habrá tareas que puedes dejar que tus hijos, tu pareja o tus padres puedan realizar por sí mismos.
Recuerda, no es lo que haces por otros en todo momento lo que te hace valioso o importante en su vida. Es aquello que sólo tú puedes darle, aquello que es valioso y único en ti y que es esencial en la vida del otro.
Psicología para la acción
La necesidad de ser eficiente todo el tiempo es solo tuya, y si a quiénes tienes a tu lado los tienes acostumbrados a que te encargas de todo en todo momento tal vez necesites empezar a cambiar algunos hábitos. Si no sabes cómo hacerlo yo puedo ayudarte.
Por lo pronto te propongo:
- Permite que los otros se ocupen de sus cosas, es probable que los veas menos competentes de los que son.
- Pregunta al otro lo qué realmente le es vital que tú hagas o qué es lo que más valora de lo que haces y pon tu foco en ello. De lo demás se puede ocupar él o ella o simplemente no le es tan necesario como tú creías.
- Ten en cuenta tus límites y posibilidades a la hora de responder a la necesidad o demanda que te hace el otro. Si dices SI sin estar seguro de poder llegar, de tener tiempo o de tener la energía para hacerlo, es mejor que no te comprometas.
¿Has leído ya las otras trampas?
Trampa 1: Debería ser competente siempre y nunca equivocarme
Trampa 3. Debería ser independiente y autosuficiente
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