Quiero celebrar mi cumpleaños, mi vida, contigo

El 14 de marzo es mi cumpleaños y quiero celebrarlo contigo. Y para hacerlo quiero mostrarte qué es lo que me ayuda a la hora de estar en el ánimo de celebrar mi vida sea como sea el año que acaba de pasar.

Ten presente que tu cerebro está diseñado para centrarse en el peligro, de esa manera garantiza tu supervivencia. Ese es en parte el origen de tu tendencia a centrarte en lo negativo, lo peligroso, lo amenazante de la vida y la cotidianidad. Para que puedas ver también los aprendizajes, aciertos, potencial y en general lo positivo que también está en tu vida, te invito a revisar estos 5 aspectos. De esta manera, al igual que puedo hacer yo hoy, podrás celebrar tu vida y sentir mayor confianza y gratitud.

1. Mira tu vida como un proceso más que estar centrado en los logros, títulos o inventario de propiedades.

¿A qué te has visto obligado?. Cuando aparecen retos, aparecen también en tu vida habilidades, capacidades, recursos y en especial, observa quién o quiénes te han acompañado en el proceso. Enfrentarte a situaciones diversas, retadoras, también trae aparejado conocer personas nuevas, porque te ayudan, te enseñan, te acompañan y hacen parte del proceso, por un tiempo corto o largo, lo importante es valorar su presencia.

Tengo que confesar que al mudarme a España pensaba que con mi experiencia, currículum y habilidades me sería sencillo hacerme un hueco a nivel profesional. Nada más lejos de la realidad. He recibido respuestas como “excelente la propuesta, empezamos mañana si lo ejecuta un español”. Este año puedo celebrar que a pesar de las barreras que he tenido que sortear me siento satisfecha con lo que hago, con cómo lo hago, con poder ser lo que soy a través del trabajo que me encanta hacer y que va más allá de las fronteras españolas.

¿Qué puedes celebrar tú a pesar de las dificultades?

2. Capitaliza los aprendizajes además de los resultados.

En línea con el punto anterior están los aprendizajes. Desde luego que cuando te embarcas en un propósito estás buscando resultados. Ahora bien, éstos pueden tener varias formas y los aprendizajes son una forma de logro, de resultado poco valorada.

En mi vida este es un aspecto que me ha servido como gran protector en todo momento. Tengo la tendencia de ver siempre un aprendizaje en cada experiencia y reconozco en cada día y situación una oportunidad y desde luego siempre me ha ayudad a mantener un buen estado de ánimo y a darme seguridad y confianza  pase lo que pase, salga o no lo que quiero, confío en el aprendizaje. Así que mi inventario de aprendizajes de esta vuelta al sol es extenso y quiero que leas el post hasta el final 😉

¿Cuáles son tus aprendizajes del último año?

3. Reconoce que los grandes logros o grandes cambios se obtienen siguiendo fases, poco a poco con paciencia y perseverancia.

Divide tus metas en fases y celebra cada una. Tal vez no se alcanzan en los tiempos que tu habías imaginado, lo importante es que el proceso continúa y que en el camino vas ajustando las cargas y corrigiendo la ruta. Tengo una meta desde que inició la pandemia y sobre ésta te voy a contar en la próxima entrada.

¿Tienes alguna meta en la que estés trabajando?

4. Abraza tu vida tal cuál es.

Da igual cuánto te enfades o protestes, nada va a cambiar por enfadarte. Tu vida es tal cuál es ahora mismo, con sus luces y sombras. Incluso si necesitas cambiar diversos aspectos en ella, el primer paso es aceptar que estás en el punto que estás y partir de ahí para avanzar en la transformación.

Sobre mi sensación en este punto puedes leer la entrada  Te han engañado, el esfuerzo no es suficiente

¿En este momento abrazas tu vida tal cuál es? ¿Qué necesitas para conseguirlo?

5. Suelta, deja ir, despídete, regala.

Deja que fluya lo que ya cumplió su rol en tu vida, libera tus cargas. Mientras sigas acumulando rencores, ropa que no usas, recuerdos de la infancia, libros que no leerás y que a otro le pueden servir, relaciones que se han estancado donde ni te aportan ni aportas, irás muy lento y cargado por la vida.

Cada vez me siento más liviana, me apego menos, necesito menos, me desprendo con más facilidad de cosas, situaciones y personas y me quedo en paz. Y este año he sido en especial consciente de ello, lo que me aporta serenidad y armonía y por lo que estoy agradecida.

Y como me siento tan afortunada y orgullosa de mis raíces latinas, te envío una de mis canciones preferidas, para cantarla y bailarla, y que al escucharla celebres tu vida conmigo.

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