Existen diversos tipos de distancia que hacen parte de nuestra vida y en ocasiones toman más poder y relevancia de la que nos gustaría.
Y unas distancias llevan a las otras. Algunas personas me han contado en consulta que a partir de la distancia social se han terminando distanciando de sus amigos y familiares y al final lo que les está pasando es que se están quedando solos.
Si este es tu caso o si simplemente quieres saber cómo acercarte más a personas que te importan y que por cualquier motivo, incluso ajeno al covid, están lejos de ti, te invito a seguir leyendo.
El poder de conectar en la distancia
Hoy te voy a dar un sencilla y poderosa clave. Ya sabes, cuanto más sencillo es una acción, más poderosa puede ser y más efectivos sus resultados. Eso si, para verl estos resultados necesitas llevar a cabo la acción y no simplemente dejarla en la cesta del “ya lo sé”.
Empieza a decir gracias.
Y no es el Gracias que le dices al camarero o a la empleada de la tienda que te prestan un servicio. Que en muchas ocasiones es automático y vacío porque ni le miras a los ojos.
Cuando decides reconectar con una persona que se encuentra en la distancia, bien sea física o emocional, empieza por reconocer para ti mismo todo lo que puedes agradecer a esa persona o de esa relación. Una vez tengas claro lo que esa persona o relación aporta a tu vida es un buen momento para ponerte en contacto y decírselo.
Reconstruir relaciones en la distancia
Y no te digo que llames a Juan y le digas: Juan gracias. Y te dirá Juan, ¿porqué? y tu respuesta: porque si o porque en un blog dice que eso sirve 😎😂
Para que decirle gracias a tu amigo aporte, afiance la relación y ayude a construir relaciones de confianza, es importante:
Reconocer al otro por lo que ha hecho por ti. Cuando tú le dices gracias a otro de manera consciente le dices: gracias por hacerte cargo de esto que era importante para mí, es decir, me estás cuidando con esto que has hecho para mí y te doy las gracias. Te lo reconozco que has cumplido con algo que yo te he pedido y de lo que te has hecho cargo.
Piensa en personas que habitualmente no te dan las gracias por lo que haces. O en personas de las que te has distanciado precisamente porque no daban valor a lo que hacías por ellos. Te hacías cargo de aquello que te pedían y al final no sabías siquiera si les ayudó, les sirvió o era lo que necesitaban ¿Qué te provoca pensar en ellos? En ocasiones puede provocar resentimiento o desconfianza y desde luego te lo pensarás dos veces antes de querer mantener contacto a futuro.
Y en estos momentos en que nos vemos poco o no con tanta frecuencia como nos gustaría. Cuando no estamos teniendo esas reuniones familiares que siempre teníamos los fines de semana, etc. Una manera de fortalecer estos lazos con tu familia es preguntando qué necesitan, qué les hace falta, cómo les puedes ayudar.
Pedir ayuda también es una excelente opción, porque precisamente este distanciamiento hace que nos parezca que estamos más solos y en esa medida se te va olvidando que el otro está ahí, que te puede ayudar, que cuentas con él.
Deja de lado tu resistencia a recibir. Es tan perjudicial para sí mismo aquel que solo recibe como aquel que solo da. En la naturaleza todo tiene equilibrio. Y en tu vida el equilibrio empieza por dar y recibir. Y no se trata de esperar a cambio. Se trata de dar y aceptar que por distintas vías y otras personas lleguen regalos, ventajas, aprendizajes y favores a tu vida. Si te cuesta recibir y aceptar lo que te tra la vida te invito leer la entrada Vive sin miedo. Decir Sí y avanzar en la vida
Psicología para la acción
Durante esta semana, cada día, expresa tu gratitud a una persona que esté en la distancia y que haya sido o sea importante en tu vida.
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