Vive tus 5 sentidos en 5 minutos con consciencia,
relájate y alivia el estrés cuando quieras.
¿Hoy es uno de esos días locos de la semana en el que terminas hasta arriba de tensión? Estás de suerte. Alivia el estrés que has acumulado. Te presento algunos ejercicios rápidos para reconectar contigo mismo y recargarte para tener un descanso reparador e iniciar el día de mañana sintiéndote renovado.
¿Sabes cómo se siente estar conectado consigo mismo? o mejor aún ¿reconoces las sensaciones que produce el estar desconectado de sí? Eso sucede cuando sientes agobio, dificultad para concentrarse y sientes que no podrás dar por terminado aquello que necesitas terminar. Es como estar atrapado en una corriente de agua donde no importa lo duro que puedas nadar, simplemente no logras llegar a tierra firme. De hecho, la lucha contra la corriente sólo te desgasta y consigue llevarte más lejos de la orilla.
Un ejercicio de conexión consigo mismo puede equilibrar respiración, ralentizar tu ritmo cardíaco y dejarás de sentirte abrumado por tus pensamientos. No vas a resolver los temas de la lista de pendientes pero muy seguramente te sentirás mejor preparado para afrontar dichas tareas.
Cinco minutos es todo lo que necesitas (pon tu reloj) para activar tus sentidos y obtener un punto de conexión interior en su día.
Sigue estos 5 pasos y en 5 minutos alivia el estrés
1. Relájate: sientate en una postura cómoda, con la columna recta y sin tensar la espalda, ambos pies apoyados en el suelo. Apoya las manos sobre las piernas o en el escritorio.
2. Respira: Sólo respira. Lenta, suave y profundamente, siente como el aire al entrar en los pulmones hace que su abdomen se mueva suavemente. No es necesaria una técnica en particular, sólo permite a tu cuerpo respirar de manera pausada y tranquila, cuanto más larga y profunda es la exhalación, mejor y más profunda será la inhalación. Mantén una respiración relajada mientras trabajas con cada uno de tus sentidos.
Usa tus 5 sentidos
3. Conexión: Es hora de conectar con cada uno de los 5 sentidos, uno a la vez, por lo menos durante un minuto cada uno. Puedes tener un reloj a la mano o simplemente estimar el tiempo. El punto aquí es centrarse en el momento presente y cómo cada sentido está siendo activado en ese momento. Podría empezar así:
Escucha: comienzan a relajarte con sólo darte cuenta de todos los sonidos a tu alrededor. Date permiso para suspender tus juicio acerca de los sonidos. Ellos no son buenos o malos, simplemente son. ¿Puedes ahora escuchar más de lo que escuchabas antes de empezar? ¿Has descubierto algún sonido en particular? Recuerda las respiraciones lentas, profundas y rítmicas mientras estás escuchando.
Mira: Observa tu alrededor, siempre con una respiración lenta, profunda y rítmica, verás que puedes notar los colores, formas y texturas de tu entorno. Si lo miras detenidamente podrás ver la multitud de colores, formas y texturas que probablemente antes pueden haber pasado desapercibidas. ¿Cuántos tonos de azul o rojo? ¿Cuántas texturas diferentes?
Huele: Ahora lleva tu atención hacia los olores en tu entorno. ¿Alguien está preparando la cena en tu edificio? ¿Puedes detectar el olor de la electrónica del ordenador o del aire fresco que entra por la ventana? Prueba a cerrar los ojos para que puedas centrarte en el más sutil de los olores.
Saborea: Puedes hacerlo independientemente de si tienes o no alimentos para llevar a la boca. Si tienes algo de comer que llevar a la boca, concéntrate en todos los sabores y texturas de ese pequeño bocado (un caramelo por ejemplo). Si no tienes comida, sólo lleva la atención a la lengua y la boca, en ocasiones tenemos gustos alojados en la boca por horas sin darnos cuenta, o simplemente pasa tu lengua por tus dientes ¿Qué notas? Mantén la respiración lenta profunda y rítmica mientras realizas este ejercicio de saborear por un minuto.
Toca: ¿Dónde están tus manos? Toma contacto con la sensación de tus manos, están sobre algo como la tela de tu ropa o la superficie de tu escritorio. Siente su temperatura. Siente el peso de tus brazos. Observa la presión entre los pies y el suelo. Hace calor? hay brisa? tienes la ropa suelta o sientes que te aprieta. Trata de sentir las texturas que hayas observado a simple vista hace un momento.
4. Distribuye la energía. Notarás que en este momento sientes torrentes de energía que fluyen por tu cuerpo, levántate y muévete vigorosamente, de modo que puedas mover cada parte de tu cuerpo y esa sensación de bienestar y conexión consigo mismo se distribuya por todo el cuerpo.
5. Respira: Sólo respira. Lenta, suave y profundamente. El tiempo ha terminado.
¿Cómo te sientes ahora? ¿Estás de vuelta en el momento presente y conectado con tu cuerpo? Compara tu sensación actual con la que tenías hace 5 minutos, ¿qué ha cambiado?
Prueba este ejercicio la próxima vez que te sientas atrapado en el ritmo acelerado del día.
¿Has notado abrumado a alguien cercano? Comparte con esa persona tu experiencia, tal vez quiera conocer este ejercicio.
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