La crisis sanitaria, económica y social que estamos viviendo desde hace un año está teniendo un gran impacto en la salud mental.
El diagnóstico de depresión se ha incrementado en el último año en un 14% según datos preliminares agravando el hecho de ser España el cuarto país con más depresión en la Unión Europea.
Una epidemia de la que no se habla mucho y de la que sólo se tendrán datos definitivos en 2 años (por cómo se procesan éstos) pero que empieza a alarmar a la comunidad de psicólogos y psiquiatrás es la epidemia del suicidio.
Es así como la depresión, un trastorno cuya prevalencia está aumentando en el mundo y que en el caso de España representa el 5,2 % de la población según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con cifras como éstas, es probable que en tu entorno cercano alguna persona esté pasando por una depresión.
Ahora bien, es importante distinguir entre depresión, un proceso de duelo o tristeza. Para saber más al respecto puedes leer la entrada Tristeza o depresión ¿sabrías reconocer la diferencia?
Al estar cerca a una persona con depresión habrás sentido la necesidad de saber qué hacer o cómo ayudarla. Hoy podrás descubrir algunas pautas para seguir.
El papel del entorno es vital
– Es importante que sepas que el apoyo de cuidadores, amigos y familiares facilita la recuperación de la persona afectada con cualquier problema mental.
– Las situaciones de estrés o tensión pueden empeorar la sintomatología. Es importante a estar atentos y reducir estímulos excesivamente estresantes.
– Nunca des por hecho que el otro sabe que lo apoyas o lo quieres ayudar. Díle directamente y en momentos de tranquilidad que estás ahí para ayudarle.
– Escúchale sin juzgarle y has que sienta que le apoyas. No se trata sólo de decirlo. Que tus acciones sean coherentes con tus palabras.
– Evita decirle lo que tiene que hacer o cómo debe actuar, simplemente quedate a su lado y pregúntele qué necesita, qué puedes hacer, cómo puedes ayudar a que se sienta mejor. No hay nada peor que alguien dando sermones cuando tú mismo eres el primero en querer salir del estado en el que te encuentras.
– Anímale a solicitar ayuda profesional. Dile que si le hace falta cuenta con tu compañía para ir al médico, al psiquiatra o a la consulta del psicólogo.
– Ofrécele tu ayuda con las tareas cotidianas y en el seguimiento de las pautas regulares de alimentación y sueño.
– Anímale a practicar algún deporte regularmente y participar en actividades sociales.
– Si la persona diagnosticada con depresión piensa en hacerse daño a si misma o ya se ha autolesionado intencionalmente, no la deje sola. Pida ayuda adicional a los servicios de emergencia o a un profesional sanitario. Por lo pronto, deje fuera de su alcance medicamentos, objetos afilados y armas de fuego.
– Si eres el cuidador, recuerda cuidar de tí mismo. Procura buscar formas de relajarte y disfrutar de las cosas que te gustan.
No lo han elegido
Una persona con depresión necesita apoyo y empatía, si ha llegado a una depresión es porque no ha tenido los recursos para gestionar alguna o algunas situaciones vividas de manera saludable, sobre este aspecto he escrito más ampliamente en Tengo un problema grave ¿qué puedo hacer? .
Una persona con depresión no lo está porque lo haya elegido. Y generalmente no saben cómo salir de esa situación por sí mismas. En tu empatía puede encontrar una gran ayuda. Si deseas saber qué tan empático eres puedes leer ¿Te crees bueno escuchado? Tal vez descubras que no lo eres.
¿Has probado con alguna de éstas estrategias? Gracias por compartirnos tus propias experiencias.
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