Psicología
para la acción

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Cuidar no es educar. Descubre cómo motivar a tus hijos.

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Cada vez más, padres y maestros se sienten agobiados y a veces desbordados por las dificultades que encuentran a la hora de educar a los niños. Nos encontramos con múltiples puntos de vista respecto a la educación. Y a lo anterior le sumamos que en la mayoría de los casos, como padres y maestros, o bien repetimos la historia de nuestros padres o por el contrario nos vamos al extremo opuesto a lo que vivimos nosotros, creyendo evitar así que los hijos y estudiantes tengan que “pasarlo mal” o “sufrir como lo hice yo”.

El de la educación de los niños no es un tema sencillo e investigando y aprendiendo me encontré una propuesta de Jorge y Damián Bucay de la que hoy quiero compartir algunos extractos.

Con autoridad no se educa, se adiestra

Un ejemplo muy clásico: llegas de trabajar y tú hijo ha hecho una travesura. Te enojas, lo castigas y lo mandas a su cuarto a pensar. Finalmente el que termina pensando eres tú; y después de pensar subes al cuarto de tu hijo y le preguntas ¿entiendes por qué te he castigado?. Por supuesto tu hijo cabizbajo responde que NO.

Los castigos no tienen un proposito educativo “porque la autoridad lo que puede conseguir es que alguien obedezca, pero ahí NO hay aprendizaje. Por lo tanto este modelo lo que consigue es que más adelante en lugar de hacer las cosas sin necesidad que haya alguien que se lo diga, desde la autoridad, siempre será necesario que esté un adulto supervisando todo, para decirle lo que tiene que hacer». No hay ninguna autonomía, no hay ningún aprendizaje y por ende no hay ninguna educación cuando la base es la autoridad.

Premios y castigos, niños rencorosos

Es muy común que algunos padres manipulen la conducta de sus hijos con premios y castigos de acuerdo a lo que sus hijos hacen, por ejemplo si no tomas la sopa – no hay postre, si no estudias – no hay más videojuegos.

La estructura de los premios y castigos se evidencia así: “Si haces A, yo te haré B”. Se considera que esto puede llegar a ser muy perjudicial, por varias cuestiones:

Genera rencor: “los hijos se dan cuenta que no hay una relación necesaria entre la sopa y el postre, se dan cuenta que se pueden comer el postre sin tomar la sopa, se puede jugar a los videojuegos sin estudiar antes”. Por lo tanto los hijos pueden percibir que es un capricho de los padres y allí es donde empieza a generarse el rencor.

Es una estratégia que tienen fecha de vencimiento: Solo funciona cuando los padres estén ahí para restringir el premio o habilitar el castigo, es decir: “si la única razón para estudiar es jugar a los videojuegos, en el momento que el hijo se pueda comprar una consola de videojuegos no estudia nunca más”, entonces viéndolo a futuro, realmente no se ha ganado nada de educación con esta premisa. Lo único que se consigue, es que haga lo que se le dice que haga en el momento. Pero eso NO es educar.

Pauta de valores contaría: Al final consigues que haga todo lo contrario de lo que querías establecer. Porque si se le dice al hijo, que se le va a premiar con los videojuegos “se le está diciendo que los videojuegos son lo bueno, son lo deseable y estudiar es un mal necesario”. Es lo que con su intervención los padres están demostrando.

Paternidad-Maternidad = Educar, motiva y cuidar.

El ejercicio de la maternidad/ paternidad implica tiempo, y parece que es algo que algunos no han tenido en cuenta a la hora de decidir tener hijos. Lo digo por las quejas que escucho en consulta con mucha frecuencia, desean además de tener sus hijos, mantener su estilo y ritmo de vida habitual.

Si te interesa desempeñar bien tu rol y te interesan tus hijos necesitas dedicarles tiempo. Y no vale eso de muy poco tiempo pero de calidad. Los niños una y otra vez se quejan del poco tiempo que pasan con ellos sus padres, de lo mucho que trabajan, del poco tiempo libre que tienen para compartir, de la falta de ocio y no de ir de un lado para otro en actividades estructuradas (clases de todo tipo)

Educa a través de la motivación, no de la autoridad. La estructura de la motivación sería: “Si haces A, lo más probable es B”. Hay que explicar con argumentos para que los hijos entiendan, pueden decir que ellos no siempre van a entender, pero si dedicas tiempo y te tomas el trabajo de sentarte a explicar con argumentos va a ser mucho más factible que tu hijo entienda y tome las decisiones por su cuenta y no por una imposición. Y si no se tiene mucha creatividad para explicar, siempre puedes pedir ayuda

“Permitir que los hijos se equivoquen es una parte importante de la motivación” porque es una manera de lograr que tu hijo pueda ver el sentido de la estructura de la motivación, donde se va a dar cuenta de B, que es lo más probable que pase si hace lo que hace, y al vivir la consecuencia, en adelante, que decida en función de eso.

¿Qué dice cuándo dice No?

Puedes ser un padre o una madre con interés, con creatividad, con tiempo y tu hijo siempre dice no lo hago, no quiero, no me interesa. Si se niega a comunicarse contigo, a escuchar tus argumentos, a reflexionar sobre las consecuencias, probablemente hay una razón. Es posible que sienta enfado, tristeza, decepción, frustración, que sienta que lo has traicionado o que lo manipulas. A menos que haya una emoción de fondo bloqueada y enquistada, en general los niños y adolescentes son bastante sensatos y sabios cuando se trata de reflexionar sobre lo que les pasa, el problema es que se sienten poco escuchados y tenidos en cuenta.

Cuidar no es educar

No todo el tiempo puedes explicar y dar argumentos hasta que tu hijo comprenda o esté de acuerdo. En algunos momentos en los que la consecuencia sea riesgosa, que el precio por dejar que se equivoquen es demasiado alto o que su vida está en riesgo, simplemente intervienes, te ocupas de cuidar, no de educar.

En estas situaciones habrá que imponer un NO. Imponer es autoridad y se usa para cuidar, no para educar. Si yo impongo un No, no hay educación hay cuidado. En ocasiones es necesario sacrificar la educación temporalmente para cuidarlos. Sin embargo, no puedes andar cuidando a los hijos de todo, porque si no se equivocan no van a aprender.

En estas situaciones en las que es necesario priorizar el cuidado ante la educación, es importante tomar nota y más adelante sentarse y hablar de la situación con tus hijos para explicar, para educar.

Psicología para la Acción

¿Tienes hijos o niños a tu alrededor? Durante esta semana te invito a observar qué rol acostumbras desempeñar frente a ellos, te preocupas de educar, explicar y enseñarles a que se hagan responsables y conozcan las consecuencias de sus acciones? O ¿tu relación con ellos es más bien autoritaria?

Saber más sobre Educar es Motivar

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