¿Te dijeron que el esfuerzo es lo que te lleva al éxito? ¿Qué con esforzarse estaba asegurado llegar dónde querías llegar? Tal vez te revelaron sólo una parte del secreto del éxito. Y sobre ésto es sobre lo que te quiero hablar hoy.
Cada vez con mayor frecuencia llegan a consulta personas frustradas y resignadas en su vida porque a pesar de su esfuerzo, no han alcanzado en sus vidas lo que deseaban. Habitualmente tiene que ver con que “a cierta edad” ya deberías tener un trabajo estable, una propiedad donde vivir, una pareja estable e hijos, con mascota incluida, aahh y un buen coche. O bien ser un exitoso hombre o mujer de negocios con una cuenta en el banco con muchos ceros.
Premio por participar
Da igual si la imagen “ideal de vida” es en plan sueño americano, familia feliz o vivir sin trabajar. Lo esencial es lo que provoca el verse a sí mismos agotados por dedicar su tiempo, sus recursos y su energía en perseguir aquello que no han alcanzado y, lo más importante a mi juicio, a lo que creen tienen derecho por haberse esforzado. Como cuando recibes un reconocimiento por el hecho de presentarte al torneo. ¿Quién te prometió que triunfarías? ¿A quién reclamas? Lo anterior me lleva a reflexionar sobre las consecuencias a futuro de esa tendencia de premiar a los niños por estar, por participar, sin importar su implicación, capacidad o resultados, pero…. este no es un blog de psicología infantil.
Ahora bien, cada persona atraviesa un camino diferente para salir de esos estados de ánimo de frustración y resignación. No tengo respuestas generales, sólo quiero compartir contigo algunas reflexiones que tal vez puedan ayudarte a observar lo que te sucede si te encuentras en un situación similar.
¿De dónde viene la meta?
¿Para qué haces lo que haces? ¿Qué te importa cuidar? ¿Qué te impulsa hacia esa meta? ¿Es una meta interna, hacia la autosatisfacción, el desarrollo como persona o es una meta que tiene que ver con los otros? No es lo mismo querer tener cierto estilo de vida para “demostrar” a los demás cuánto vales o que se equivocaban en lo que pensaban de ti, o para que te quieran, que tener una meta asociada a tu propio desarrollo.
En la primera opción tienes muy bajo nivel de control de los resultados. En la segunda, un porcentaje importante depende de ti y es más probable, no seguro, alcanzarla.
La decepción es inevitable y necesaria
Siempre que tienes expectativas tendrás decepciones. Simple y llanamente es así. Nunca en tu vida todo resultará como lo deseas. Y de hecho es saludable que así sea. De lo contrario no tendrías la oportunidad de cultivar la tolerancia a la frustración. Sé que lo sabes sin embargo lo paradógico es que en ocasiones te comportas como si no lo supieras. De igual modo, la satisfacción de todos los deseos y la complacencia permanentes destruyen tu capacidad resiliente. Es decir, se anula en ti tu capacidad natural para sobreponerte a las crisis y situaciones límite, saliendo fortalecido de ellas.
Asume tus decisiones
Mientras sigas anclado en lo que no fué, en la oportunidad que dejaste pasar, en haber dicho que no, o que si, en el “y si hubiese”…. te sentirás insatisfecho y decepcionado. Habitualmente la decisión no tomada se idealiza. Cuando no te sale bien la elección que has tomado asumes que la otra opción era perfecta, y eso solo está en tu cabeza. Nunca sabrás si era o no mejor. El hecho es que no se dio y esa fue tu elección. Da igual si fue correcta o no, fue lo que pudiste hacer en el momento en que tuviste que decidir. Es de adultos asumir las decisiones, y sus consecuencias.
El esfuerzo, por si solo, nunca será suficiente para alcanzar el éxito
Digo que el esfuerzo no será suficiente, no que no sea necesario. Desde luego sin esfuerzo, dedicación, compromiso o como lo quieras llamar, será poco probable que alcances tus metas. Ahora bien, es necesario que además puedas contar con algún talento que te ayude a la hora de alcanzar eso que deseas. Tienen éxito quienes brillan o son relevantes en algo o para alguien. ¿Eres realmente bueno en algo? Si la respuesta es si, tienes una ventaja a tu favor. Si la respuesta es No lo sé, estás a tiempo para averiguarlo.
Que cuentes con recursos propios y el acceso a recursos de otros también es esencial. Esto cambiará tus posibilidades. Por ejemplo, no es lo mismo que tus amigos tengan tus mismas condiciones a que tengas un amigo que por cualquier motivo tiene acceso a viajes, libros, experiencias, aprendizajes que comparte contigo y que te ayuda a abrir tu mente a otros mundos y oportunidades.
Contar con una red social diversa y abundante en posibilidades de aprendizajes y experiencias también es importante. ¿Te suena eso de estar en el lugar correcto, a la hora correcta y conocer a la persona correcta? Pues eso no pasa si estas siempre con las mismas personas, en los sitios de siempre, hablando siempre de lo mismo.
Es probable que al leerme pienses: pues Fulanito sólo trabajó como un esclavo y ahora tiene todo lo que yo no tengo. Eso es lo que ves tú, seguro que Fulanito estaría de acuerdo en más de un punto conmigo. Estas reflexiones surgen de observar cuál ha sido el proceso que han recorrido las personas exitosas con las que también he trabajado y de verme a mi misma, pues para mi fortuna me siento profundamente satisfecha con mi vida tal cuál es. Y esto me lleva a sentir gratitud hacia ti, porque el que estés aquí, en mi blog, leyéndome, hace parte de mi satisfacción con la que elegí como profesión.
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