¿Sabías que un aspecto de tu personalidad puede estar saboteando tu vida y tu no tener ni idea de ello? En la entrada ¿Tienes ese rasgo de personalidad que te lleva al éxito? te hablaba del locus de control, esa capacidad o tendencia de las personas a percibir que el esfuerzo hace parte de la propia conducta y está directamente relacionado con sus resultados. Este es un rasgo de personalidad relativamente estable, es decir, que permanece en el tiempo.
¿Esto qué quiere decir? Que si quieres algo sabes que tu esfuerzo es central en poder alcanzarlo y este esfuerzo lo percibes como positivo en tu vida. Y este locus es un continuo que va desde el locus de control interno, del que te hablé en la entrada que te menciono arriba, hasta el locus de control Externo.
Crees que la mala suerte sabotea tu vida
Si eres de los que piensa que todo en tu vida se reduce a que has tenido buena o mala suerte, entonces es probable que tu tendencia sea hacia el locus de control externo. Cuando es así y si algo no sale bien, tu primera reacción es pensar que la suerte no te acompañó. Tienes la creencia que si todo a tu alrededor cambiara estarías mejor. Además piensas que no puedes hacer nada para cambiar tu situación.
Las personas con este locus de control perciben que los eventos ocurren independientemente de su comportamiento: me dejó y no supe por qué. Me despidieron y no entendí qué pasó. Tengo mala suerte, siempre me pasa lo mismo. Los demás tienen suerte y yo no. Quienes tienen buenos resultados son enchufados, están en la rosca. Todo el tiempo usan expresiones que empiezan por ME HAN: me han robado, me han engañado, me han humillado, me han hecho esto o lo otro.
La víctima eterna
Si bien quién tiene mayor tendencia al locus de control interno puede caer en el rol de salvador y querer hacerlo todo y pensar que todos depende de sus propios esfuerzos. En el locus de control externo caes fácilmente en el lugar de víctima. La trampa de este rasgo de personalidad es el victimismo, la parálisis y la indefensión. Son personas más propensas a la depresión y a vivir en resentimiento.
Si te inclinas hacia este extremo del continuo tienes la tendencia a envidiar a los demás, generalizar y no reconocer el esfuerzo del otro. No actúas para cambiar y eso es lo que hace que te sientas agotado y paralizado. Esto también sucede porque habitualmente no tienes metas definidas y desconfías de tus posibilidades.
Psicología para la Acción
Cuando te encuentres en cualquiera de los dos extremos del locus de control, lo que necesitas hacer es moverte más hacia el centro. Para esto necesitas tomar acción y crear nuevos hábitos.
En el caso del locus de control externo, el hábito más relevante que necesitas cultivar es fundar los juicios automáticos que realizas acerca de que es lo que hace que te suceda lo que te sucede.
Sobre los juicios y como fundarlos te invito a leer las entradas:
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