Cuando tienes el enfoque en objetivos personales, es fundamental comprender la interconexión entre tu vida personal, tus relaciones y los estándares sociales, además de los estándares autoimpuestos. Al descomponer tus objetivos en pasos más pequeños y manejables, podrás identificar los recursos, capacidades, experiencias y relaciones personales que contribuyen a tus metas. Explora conmigo cómo este proceso puede ayudarte a encauzar tu energía de manera efectiva, desarrollar relaciones más sólidas y superar las expectativas sociales impuestas y las autoimpuestas.
Descomposición de metas: Define pasos manejables para lograr tus objetivos personales
Cuando estableces objetivos sin tener en cuenta tus habilidades, capacidades o recursos, termina resultando abrumador pensar en el camino que debes recorrer para alcanzarlos. La descomposición de metas es una primera fase esencial. Al dividir tus objetivos en pasos más pequeños y manejables, resulta más fácil abordar cada etapa de manera efectiva.
Por ejemplo, si tu objetivo es escribir un libro, puedes comenzar por dedicar treinta minutos al día para escribir, investigar sobre el tema y establecer metas semanales para avanzar en el proceso de escritura. Así sentirás menos agobio y tendrás mayor inclinación por continuar trabajando hacia tu objetivo.
Relaciones y objetivos: El valor del apoyo mutuo.
Las relaciones que estableces con otros tienen un impacto significativo en la consecución de tus objetivos. Al tener consciencia en cómo tus relaciones pueden contribuir al logro de tus metas, puedes llevar a otro nivel tu potencial y alcanzar el éxito.
Considera a aquellos que te rodean y cómo pueden influir en tus objetivos. Si estás buscando cambiar de carrera, por ejemplo, busca a alguien en tu red que trabaje en el sector que deseas incursionar y pídele orientación. Aprende lo que más puedas de esa persona, pídele que te acompañe en alcanzar tu logro y ofrece tu ayuda en algo que esa persona esté queriendo desarrollar. Las relaciones sólidas pueden brindarte apoyo, motivación y conocimientos adicionales, lo que fortalece tu capacidad para avanzar y mantiene el enfoque en objetivos personales.
Eso sí, no te juntes con gente mediocre, ¿cómo sabrás que son mediocres? porque te verán como competencia y sabotearán tus planes. Los mediocres tienen miedo a la competencia mientras que las personas competentes valoran el compartir y aprender de otros y con otros, incluso cuando pueden llegar a ser mejores que ellos mismos.
Estándares sociales y logros: Desafiar las expectativas impuestas y las autoimpuestas.
Los estándares sociales, las expectativas familiares y tus propios estándares sin fundamento habitualmente obstaculizan tu progreso hacia tus objetivos personales. Necesitas identificar lo que realmente valoras en tu vida. ¿Qué te brinda satisfacción personal? Al conectar con tus propios valores y establecer metas alineadas con ellos, podrás desafiar los estándares sociales y encontrar una mayor realización en tu vida.
Algunas pistas sobre cómo hacerlo puedes encontrarlas en las entrada de este blog
Recursos y capacidades personales: Ya tienes todo lo que necesitas para ser quién has venido a ser.
Para avanzar en tus objetivos es esencial reconocer los recursos y capacidades que tienes a tu disposición. Posees una combinación única de habilidades, experiencia y conocimiento que puedes utilizar para avanzar hacia el éxito.
Identifica tus fortalezas y cómo puedes aprovecharlas en la búsqueda de tus metas. Si tienes habilidades de liderazgo, puedes considerar la posibilidad de asumir un proyecto de mayor envergadura en tu trabajo o comunidad. Si eres bueno en la resolución de problemas, puedes utilizar esta habilidad para superar obstáculos en tu camino hacia el logro de tus objetivos.
Tanto para identificar tus valores como para hacerte consciente de tus habilidades y capacidades tienes más de 60 ejercicios en el cuaderno de ejercicios Activa tu Propósito Interior.
Psicología para la acción
Hoy te invito a ver este video si alguna vez te has sentido inútil, sin valor, sin habilidades o que parece que no hay nada que hagas bien. Observa cuál de esas cinco causas posibles es la que te está generando esa sensación tan paralizante.
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