Alguna vez de pequeño escuchaste que te decían: no te enfades, no pasa nada, no importa, no es para tanto, los niños buenos no se enfadan…” Lamentablemente, hemos aprendido que expresar la ira, expresar nuestro enfado es negativo.
Y digo lamentablemente porque de adulto te das cuenta que algo no va bien en tu vida y en muchas ocasiones la falta de contacto con las emociones es la causa de gran parte de ese malestar.
Veo con frecuencia en consulta hombres y mujeres adultos profundamente desconectados de sí mismos, de sus emociones, de sus sensaciones, de sus cuerpos, no pueden siquiera “hacer como si” estuviesen enfadados, tal es su nivel de desconexión y rechazo hacia esta emoción.
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La ira, un regalo de la naturaleza
Las emociones son recursos biológicos, no son algo que nos hemos inventado, y como recursos biológicos tienen un propósito y un papel fundamental. Sin embargo, cada vez priorizas más actitudes como el control por encima de lo que te es natural y necesario.
Las emociones en sí no son positivas o negativas, sin embargo tienen un espectro de manifestación que va de la luz (lo positivo) a la sombra (lo negativo). Como lo explique en la entrada Equilibra tu mente la luz, el aprendizaje, el mensaje de la ira es la autoafirmación, la expresión de la ira en un momento de humillación, injusticia, sometimiento hace que puedas poner límite al abuso del otro para que no mancille más tu dignidad.
Sin embargo cuando no expresas ira en el momento oportuno y con la persona correcta, la ira se va hacia la sombra, se bloquea, se congela y se convierte en violencia. La violencia es ira congelada, es la ira que no pudo expresarse, es la necesidad de defenderse a sí mismo, de autoafirmarse, de decirle al otro ¡¡¡ya basta!!! ¿Cuál es el problema?
El problema radica en que como no se expresa ira en el momento y con la persona que está pisoteando tu dignidad, ésta termina por expresarse con otra persona que no tiene nada que ver, en el momento menos oportuno y con una intensidad desmedida ya que la ira que explota en ese momento realmente se ha ido acumulando día tras día.
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La ira, si no la expreso hacia afuera la dirijo hacia mi mismo
De ésto último vemos múltiples ejemplos en el día a día, las explosiones de violencia en entornos cotidianos, en las ciudades, en las aulas, en los hogares. De igual modo, la ira no expresada se convierte en violencia contra sí mismo, en autoagresión. Empiezas a hacerte daño, a lastimarte. Consciente o inconscientemente, presentas conductas como:
- Constantemente te insultas y desprecias: “Soy imbécil”, “estoy hecho un asco”, “soy idiota”.
- Tus auto-críticas son destructivas: “Nunca me sale nada bien”, “no soy capaz de reaccionar”.
- Tus auto-evaluaciones son negativas: “Lo hago todo mal”, “no soy suficientemente inteligente”.
- Tienes conductas de auto agresiones y auto mutilación: Autolesiones (golpes, pellizcos, quemaduras, cortes) e intentos de suicidio.
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Haz que la ira trabaje a tu favor
Lo primero que necesitas es reconectarte con el emoción, con lo que sientes, con tu respiración en cada momento, ese es el primer y más rápido camino hacia tí mismo. Aquí te dejo un enlace a un ejercicio de contacto con emociones difíciles que puede ayudarte en ese propósito.
Clic en la imagen para escuchar el ejercicio
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De otro lado, si no puedes buscar un profesional que te ayude a reconectar con tus emociones, puedes seguir algunas de las pautas que veremos en la entrada Expresa tu ira de manera segura, aprende cómo hacerlo basada en la guía THINGS TO DO TO EXPRESS ANGER SAFELY (que puede ser algo así como Cosas que hacer para expresar ira de manera segura) de la reconocida terapeuta gestalt Violeta Oaklander, PhD. Otros recursos de la autora.
Tengo que decir que estas sencillas técnicas son de gran ayuda. Me visitó un niño de 4 años con onicofagia (comerse las uñas) y con una sola sesión en la que se le permitió expresar su ira hacia un compañero de la guardería que le pegaba, dejó de comerse las uñas.
Hay que decir que el sentido biológico de las uñas es defenderse, ¿para qué son las garras? para defenderse y cuando sentimos que no podemos defendernos de algo o alguien que nos agrede, de manera inconsciente nos comemos las uñas porque total para que tenerlas si no podemos usarlas. Muy simple, la evidencia que tengo en casos similares es aplastante. Un claro ejemplo de ira congelada, autoagresión por no poder defenderse porque hay quienes llegan a hacerse sangre y destrozar sus dedos de manos y pies.
Está claro que en muchas ocasiones no te permites expresar ira, por temor a perder el trabajo, por el qué dirán, porque sientes ira con alguien a quien amas o simplemente porque de pequeño creciste en un entorno violento y te has prometido no tener más violencia en tu vida.
En todos los casos anteriores, es cuando estás técnicas ayudan a expresar ira y evitar que se congele en tu interior. En la entrada Expresa tu ira de manera segura tienes un inventario de actividades que podrás realizar para expresar ira de manera saludable.
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