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Los dos ladrones de tu paz

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Muchos buscan la felicidad. Parece que ser feliz se ha convertido en una obligación, la prenda de moda que tienes que tener a cómo de lugar, incluso a costa de tí mismo. Esta obligación de buscar la felicidad ha creado un gran mercado de productos y servicios que te ofrecen sentirte feliz. Las redes sociales se han convertido en un gran escaparate para enseñarle a los demás lo feliz que eres, aunque la realidad sea muy diferente. Sin embargo, si me preguntas al respecto repetiría las palabras que no recuerdo a quién le escuché: En la vida más que buscar ser feliz es preferible buscar estar en paz.

Estar en paz

Con frecuencia escucho a las personas hablar de su incapacidad de sentirse en paz. Constantemente luchas contra los dos principales ladrones de tu paz. Existen dos tendencias dentro de ti que en muchas ocasiones te impiden experimentar paz. Estas dos tendencias son el deseo y el apego. El deseo tiene que ver con todo aquello que anhelas, sueñas, no tienes y quisieras tener, no haces y te gustaría hacer. Deseas cosas, situaciones, experiencias, etc. Deseas comprarte algo que viste por la calle, deseas tener un móvil mejor, deseas cambiar de coche, deseas una casa más grande, deseas una pareja que te quiera de otra manera, etc.

Una vez que obtienes eso que deseas aparece el apego. La necesidad de no perder aquello que ya posees. Del apego viene acompañado del miedo, a perder lo querido y del dolor, cuando ya no tienes eso tan preciado para tí. Tienes apego a la imagen que tienes de tí mismo y por eso te cuestan los cambios, tienes apego a tu casa, a tus cosas, a tus amigos, a lo que conoces y a lo que erróneamente crees que es tuyo, como tus hijos.

En sí mismos el deseo y el apego no tienen por qué ser negativos o destructivos para tí. Es la relación que estableces con ellos la que hace que te produzcan malestar.

Ansiedad y depresión

El exceso de deseo te lleva a vivir constantemente en el futuro, en los anhelos, en lo que no tienes, en lo que no has podido conseguir. Cuando vives constantemente en el futuro aparece la ansiedad. La ansiedad ante lo que no ha llegado, ante lo que no sabes cómo será, si lo podrás tener o no, si llegará a hacerse realidad.

De otro lado, mientras vivas en el pasado, en los apegos, en el sufrimiento por lo que has perdido, por lo que ya no tienes, estás invitando a tu vida a la depresión.

La paz del presente

El presente aporta paz y desde el presente es cuando puedes cultivar un pasado y un futuro que te permitan cultivar más paz. ¿Cómo puedes hacerlo?

Los filósofos existencialistas dicen que el único tiempo que existe es el presente. Hoy es el futuro de ayer y el pasado de mañana. Si en el presente trabajas orientado a tus proyectos, podrás acceder a tus deseos sin vivirlo desde la ansiedad. Sabrás que cada paso que das en el presente te conduce a esas metas que tienes. Y si es algo que no puedes controlar? La pregunta contiene la respuesta: si es incontrolable no hay nada que hacer y es innecesario sufrir.

De otro lado, si a cada momento haces lo que te corresponde, disfrutas al máximo lo que tienes y agradeces por su presencia, cuando ya no está puedes dejarlo ir con menos dolor. En las pérdidas lo que más atormenta a las personas es lo que no hizo, lo que no dijo, lo que permitió, lo que no disfrutó. A mayor apego más probabilidades tienes de llamar a tu vida a la depresión al no permitirte soltar lo que has perdido.

Psicología para la Acción

Observa tus pensamientos del día. ¿Están más orientados al pasado o al futuro?

Puedes ver otros ejercicio que te ayuda a vivir en el presente en las entradas Lo que sí te ayuda a elaborar una pérdida o duelo, Trucos para cerrar relaciones  y Haz desaparecer tu ansiedad.

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