Es probable que frente a un impacto emocional nos sintamos vulnerables, y si no contamos con soporte emocional, nos encontraremos ante una situación que puede generarnos consecuencias no muy gratas a nivel físico, emocional y psíquico, como lo hemos venido viendo en las entradas anteriores. Hoy veremos como mi vulnerabilidad es mi mayor fortaleza.
La investigadora Brené Brown ha profundizado ampliamente en los temas de la vulnerabilidad y la vergüenza, para esta entrada he decidido retomar algunas de sus conclusiones y hallazgos que nos permiten comprender de manera más amplia la importancia del soporte emocional.
Soportamos lo que sea, menos sentirnos en desconexión
Brown menciona que en nuestra programación neurológica está instalada la necesidad de conexión, de pertenencia, de hacer parte de algo. Es vital para la supervivencia como seres biológicos. Si la madre no siente conexión con la cría la abandonará y ésta morirá.
A partir de sus investigaciones, ha concluido que la vergüenza es el miedo a la desconexión. Existe algo en mi, que si otros saben o ven, hará que no quieran estar conmigo, ese algo no me hace digno de estar en conexión. Esta sensación es universal, todos lo sentimos, excepto los incapaces de sentir empatía. La vergüenza se ve reforzada por nuestra sensación de no ser lo suficientemente buenos, lo que aumenta la vulnerabilidad. Dicha vulnerabilidad puede llegar a ser insoportable, ya que para que exista conexión debemos dejarnos ver, que nos vean de verdad, que nos vean como somos.
Las personas que sienten vergüenza pueden dividirse en dos grupos: Los que tienen un fuerte sentido de dignidad y los que luchan por mantener la dignidad preguntándose siempre si son suficientemente buenos. La diferencia entre estos dos es que los primeros se saben dignos de amor y pertenencia, creen que como personas valen la pena a pesar de ese algo que no es del todo digno de dejar ver.
Lo que nos mantiene desconectados es nuestro miedo a no ser dignos de conexión. Es nuestro miedo a que nos rechacen si nos mostramos tal cual somos.
¿Te sientes en conexión?
Qué tienen en común las personas que se sienten conectadas y se saben dignas de amor y pertenencia? además de ser auténticas, genuinas, son personas entusiastas y sinceras que viven desde un sentido profundo de dignidad. Otros elementos en común según Brown son:
1. Sentido del coraje: Que es diferente a valentía. Coraje viene del latín cor que significa corazón. Decir al mundo quien eres con todo tu corazón. Las personas dignas tienen el coraje de ser imperfecta, se permiten la imperfección, se reconocen incompletas y se saben en un proceso de aprendizaje constante.
2. Compasión, para ser amables con ellas mismas primero y luego con otros, dado que no podemos tener compasión de otros sin empezar por ser amorosos y amables con nosotros mismos.
3. Tiene conexión como resultado de su autenticidad. Son capaces de renunciar a quienes creen que deben ser para ser lo que son, esto es lo que tienen que hacer para conectar primero consigo mismos y después con los demás.
4. Vulnerabilidad. Las personas en conexión reconocen y aceptan por completo su vulnerabilidad. Creen que lo que los hace vulnerables los hace hermosos, únicos, irrepetibles. Vulnerabilidad como algo necesario: tener la buena voluntad de dar el primer paso, de pedir perdón, de decir te amo, de hacer algo cuando no hay garantía de los resultados. La voluntad de invertir en una relación que puede o no funcionar. Se permiten dejar de controlar y predecir.
Uno de los grandes hallazgos de Brown es que la vulnerabilidad está en el núcleo de nuestro miedo, vergüenza, necesidad de control y de nuestra lucha por la dignidad. Pero es también donde nace nuestra dicha, creatividad, pertenencia y amor. Entonces por qué luchamos tanto para evitar evidenciar nuestra vulnerabilidad? Qué es lo que hacemos para evitar que nos vean vulnerables? La respuesta es simple: Insensibilizamos la vulnerabilidad.
¿Has insensibilizado tu vulnerabilidad?
Primero. El problema es que no podemos insensibilizar selectivamente una emoción o sentimiento (la pena, la vergüenza, el miedo, la decepción, la vulnerabilidad) si no queremos sentir alguna de las anteriores terminamos por no sentir ninguna y para ello usamos medicamentos, adicciones, comida, distracciones. No puedes insensibilizar los sentimientos que producen malestar sin insensibilizar otros afectos. No puedes anular un lado sin anular el otro. Gratitud, felicidad, alegría, también se insensibilizan y luego nos sentimos miserables, perdidos, sin sentido en la vida y en consecuencia nos sentimos más vulnerables.
Segundo. También nos insensibilizamos pretendiendo convertir la incertidumbre en certeza. Convirtiendo todo lo incierto en cierto, necesitando tener control y seguridad sobre todas las cosas. Algunas expresiones de esto son: tengo razón, tu te equivocas, cállate, no sabes nada, tienes que hacer tal o cual cosa. Mientras más miedo tenemos más vulnerables somos, entonces buscamos certezas y control en un mundo en el que lo único constante es el cambio.
Tercero, buscamos perfeccionar. Quitamos la grasa de un lado y la llevamos a otro. Estiramos la piel, cubrimos las canas. Queremos perfeccionar a quienes están alrededor, hijos, pareja, amigos, familia, creemos que sabemos qué tienen que hacer y cómo. Nos engañamos creyendo que lo que hacemos no tiene consecuencias en otras personas. Que nuestras demandas, opiniones y expectativas no lesionan la vulnerabilidad del otro.
En conclusión
Brown insiste en que es necesario que podamos reconocer que mi vulnerabilidad es mi mayor fortaleza. Necesitamos darnos el permiso de ser vulnerables. Amar aunque no haya garantías. Entregar sin esperar recibir. Sembrar sin saber si recogeremos la cosecha. Ejercer la gratitud y la dicha. Sabernos suficientes. Dejemos de gritar y empecemos a escuchar. Seamos tan amables con nosotros mismos como en la mayoría de veces lo somos con los demás. Y si no sabemos como hacerlo, si no sabemos cómo apreciar y valorar nuestra vulnerabilidad, podemos pedir ayuda.
En la siguiente entrada La empatía terapéutica y el proceso de aceptarse a sí mismo veremos como un terapeuta entrenado puede aportarte el espacio y las posibilidades para que puedas reiniciar el proceso de sentirse aceptado, para aprender a aceptarte a tí mismo con todas tus vulnerabilidades.
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