¿Cuántas veces sientes que te atrapa la frustración y no puedes avanzar hacia un mayor bienestar? Hoy hablaremos de reconocer y establecer límites. Descubre uno de los caminos que te permiten salir de la frustración.
¿Te identificas con algunas de estas situaciones? Te leo en los comentarios.
En algunas ocasiones el miedo es el que te limita, crees que no puedes, que no vales, que no sirves. Sin embargo no es de esos casos de los que voy a hablar hoy, sino de cuándo lo que no sabes es reconocer y respetar tus propios límites. Desde luego con entrenamiento, ayuda, esfuerzo, recursos, e incluso buena suerte, algunos de esos límites pueden ser superados. Ahora bien, no se superan por desearlo.
No todo es querer
Habrás leído hasta el cansancio en redes sociales y libros de auto-ayuda expresiones como: Tú puedes. Si quieres puedes. El límite eres tú. Si no lo tienes es por qué no has querido. Querer es poder y un largo etcétera… Y no, no es así, hay matices y límites que son necesarios reconocer para evitar que esas ideas que se venden como churros sean una causa de constante frustración. Empieza a reconocer tus límites. La presión impuesta desde fuera o autoimpuesta termina por romperlo todo: personas, relaciones, sueños, familias.
Quién no reconoce y respeta sus limites no crece
Respetar tus límites no es resignarte. Es reconocer cuál es la propia capacidad, hasta dónde puedes realmente llegar, qué sí es lo que puedes asumir. Así evitas romperte en pedazos al exigirte de más. No reconocer los propios límites lleva a muchas mujeres a querer llegar a todo, madres perfectas, esposas ideales, empleadas ejemplares, emprededoras incansables. Y a muchos hombres los impulsa a buscar ser perfectos y admirados por sus logros, sus posesiones, su imagen, etc.
Psicología para la Acción:
Descubre qué tiene valor para ti, qué reglas sigues y de quién son estas reglas. Al final define qué te importa y apuesta por seguir creciendo en esas dimensiones de tu vida.
Confundes no poder hacerlo con no saber hacerlo
Esta confusión genera muchísima frustración. No solo se trata de querer, de tener toda la voluntad, todo el impulso, la energía y la disposición. Sales de un taller de fin de semana gritando “si puedo, soy merecedor, lo puedo todo porque me lo merezco” y resulta que al pasar a la acción no tienes ni idea qué pasos seguir. O los pasos que sigues te llevan al fracaso y al error, a perder tiempo. Entonces llega la frustración acompañada de un gran NO PUEDY sientes que los demás son más listos o tienes más suerte que tú porque ellos con querer les fue suficiente. Así que todos esos cambios que necesitas emprender para sentirte mejor pueden llegar a darse, lo que necesitas es aprender cómo hacerlo. Y si aún quieres sabes cómo, pide ayuda.
No es no de lo contrario es un fracaso
Apuesta realmente por lo que quieres y si tu respuesta ante una invitación, pedido u oferta es no, entonces es no. Deja de aceptar o asumir retos que no te interesan, te motivan, o te aportan algo. Si no te convence, no lo hagas. Te vas a frustrar.
¿Por qué? Porque nunca será suficientemente satisfactorio. Porque no tendrás todas las habilidades necesarias o no las pondrás en juego al ser algo que te interesa o te importa poco. Porque terminarás teniendo un resultado mediocre. Aunque otros te digan: verás con con el tiempo hasta te va a gustar… Al final llega la frustración.
Ejemplos típicos son expresiones que escucho con frecuencia: Si yo desde el principio sabía que no me iba a gustar. Si realmente no sabía muy bien cómo hacerlo. Si esta tipo de ambientes o de trabajo nunca me han gustado pero dije que si y así estoy. Si esa persona ni siquiera me gustaba pero acepté salir juntos era para que no se sintiera mal, etc.
¿Algo de esto te suena familiar? Te leo en los comentarios
En la siguiente entrada te compartiré 6 acciones que te ayudan a salir de la frustración y que están conectadas con estos 3 principios de los que hemos hablado hoy.
Por ahora te invito a leer la entrada Cinco maneras para decir No con tranquilidad y confianza
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