Momentos como el inicio de año nos llenan de ilusión y confianza. Nos sentimos poderosos y vemos posible alcanzar aquello que en otros momentos se nos escapa. Costumbres como comer 12 uvas al son de las campanas, comer lentejas, vestirse de rojo o meterse dinero en los zapatos y tantas otras que existen en diversos países, reflejan ese ánimo de apertura a la posibilidad.
Sin embargo a medida que pasan los días esos propósitos se van perdiendo. Y aunque al momento de leer este post para ti no sea año nuevo (es lo que tiene la red que no se sabe en qué momento el lector encontrará lo escrito), quiero dejarte algunas pistas que te ayuden a tomar los hábitos de una manera diferente. De manera que por fin los incorpores a tu vida para que puedas transformarla.
El todopoderoso hábito
Un hábito construye o destruye tu vida. Ese es su poder. Si tienes al hábito de ayudar, aprender, colaborar, ahorrar, seguro que tendrás resultados positivos en tu vida. Si tienes por hábito mentir, aplazar tus tareas, no cumplir tus promesas, tus resultados a la largo probablemente te decepcionarán.
Hoy empezaré una serie de post relativos a los hábitos de manera que, si así lo decides, a medida que vayas leyendo, puedas generar pequeñas transformaciones en tu vida que te lleven a tener un año diferente, obteniendo por fin los resultados que deseas.
Tus hábitos crean tu destino
Da igual si crees o no en el destino como algo predefinido. Cada día con cada pensamiento estás creando tu destino. Porque tu manera de pensar y aquello a lo que le das vueltas cada día en tu cabeza, tus pensamientos más frecuentes, también se convierten en un hábito.
La filosofía védica tiene una máxima muy poderosa que diversos personajes han parafraseado y compartido también con nosotros. Esta máxima procuro tenerla siempre presente. Ghandi por ejemplo la expresó así:
Observa tus pensamientos, se convertirán en tus palabras.
Observa tus palabras, se convertirán en tus acciones.
Observa tus acciones, se convertirán en tus hábitos.
Observa tus hábitos, se convertirán en tu carácter.
Observa tu carácter. se convertirá en tu destino.
Mi invitación es que empieces a observar tus hábitos a la luz de tus propósitos. ¿Cómo puedes hacerlo?
Psicología para la Acción
1. Define qué es lo que quieres alcanzar. Cuanto más concreto y medible más probabilidades tienes de no abandonarlo. ¿Quieres ser mejor ser humano? Define cómo se expresa esto, en qué lo verás, cómo sabrás que estás siendo mejor. La respuesta puede ser muy amplia. Sin embargo si te concentras en dejar de reaccionar de manera agresiva es muy probable que en pocos meses veas resultados sorprendentes.
2. Observa cuáles de tus acciones diarias te acercan a ese objetivo y define distintas maneras de reforzarlas, incrementarlas o dedicarles más tiempo.
3. Identifica cuáles de tus acciones diarias te alejan de tu objetivo y define qué cambios vas a realizar. ¿Necesitas aprender algo nuevo para lograrlo? ¿cuándo lo aprenderás? ¿a quién le pedirás ayuda? ¿Necesitas conversar con alguien sobre esto para conseguirlo? ¿con quién necesitas conversar? ¿cuándo tendrás esa conversación?
4. Crea un plan. Incluye estas acciones, tanto las que ya estás realizando y que vas a reforzar como las nuevas acciones en tu agenda diaria. Si no lo contemplas como una rutina a incorporar, no se convertirá en un hábito.
5. Evalúa tu avance. Cada semana observa tus avances, si estás cumpliendo con tu rutina y si no es así necesitas identificar los estados de ánimo que te están tomando, que te limitan, antes de terminar abandonando el propósito.
El estado de ánimo que con más frecuencia hace que se arruinen tus propósitos es la resignación. Sobre este hablamos en el directo que te dejo a continuación.
Experimenta con estos sencillos pasos y comparte en los comentarios tus resultados.
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