Situaciones excepcionales como las que estamos viviendo a causa de esta pandemia, que inicialmente creíamos serían temporales, en algunos países se van haciendo permanentes. ¿Es tu caso? El uso de mascarillas, la distancia social, el no poder reunirse más de 10 personas, trabajar desde casa se van incorporando como habituales y lo opuesto es lo que vemos como inusual.
De igual modo, otras situaciones que pueden aparecer en tu vida, de manera inesperada, llegan para quedarse: un cambio repentino, una pérdida, la necesidad de una nueva habilidad que hasta ahora no tenías, un cambio de trabajo son algunos ejemplos de ello. Cuando esto sucede, es habitual que puedas caer en alguna de las 5 trampas de las que te he venido hablando. Clic aquí para leer más sobre ellas.
Sin embargo, hoy quiero mostrarte otras posibilidades para que esos cambios repentinos no te paralicen y te permitan avanzar y seguir creciendo y desarrollando todo tu potencial.
Excepcional no significa negativo
Si bien es probable que algunos de los cambios a los que te estas viendo enfrentado no te sean cómodos, cada uno de los cambios tiene luces y sombras y te permite cultivar nuevas habilidades de manera permanente.
Ver un cambio como positivo o negativo, justo o injusto es una evaluación que haces, nunca será la verdad sobre este cambio. Si te quedas atrapado en esa evaluación y ésta es negativa te llevará a entrar en un estado de ánimo negativo como puede ser la inseguridad, la desconfianza, el agobio o la ansiedad.
Como te lo he mencionado en otras entradas,Tus opiniones no son verdad y como evaluaciones que son puedes transformarlas. Aquí algunos ejemplos
Psicología para la acción
Te voy a mostrar ideas de cómo transformar algunas de las limitaciones y nuevas condiciones en oportunidades. Así podrás inspirarte y decidir ver luces en otros cambios que estés teniendo que experimentar.
– Ante la imposibilidad de reunirse en grandes grupos, preocúpate por hacer entrañables los encuentros que tienes con esos pequeños grupos de personas. Nunca he visto tantas personas que asisten a consulta con síntomas de ansiedad como en los últimos meses. Es un buen momento para tener conversaciones íntimas sobre lo que nos sucede y cómo nos sentimos, conversaciones que son menos frecuentes cuando somos 20 ó 30 en un mismo espacio.
– Ya lo he dicho antes, distancia física no implica distancia emocional. Busca compartir con las personas que te importan. Llama a tus amigos, envía mensajes, pregúntales cómo están y si necesitan tu ayuda.
– Te sientes abrumado por ese cambio que estás teniendo que realizar. Seguro conoces a alguna persona que haya pasado por ese mismo cambio o similar. Pregúntale qué le ayudó en su momento. ¿No conoces a nadie que te pueda ayudar? Pregunta a alguno de tus amigos, ellos seguro conocerán a alguien. Los cambios que vivimos no son tan excepcionales, todos pasamos por cambios similares.
– Pide ayuda. Me dirás, ¿otra vez con lo mismo? Si, no me cansaré de repetirte que pidas ayuda. No hacerlo es una de las principales causas de sufrimiento innecesario.
– Deja de centrarte en lo que pierdes con el cambio. Concéntrate en reconocer todo aquello a lo que te ha obligado que de otra manera no hubieses podido desarrollar, aprender, conocer o hacer. La gratitud es la diferencia entre la resignación y la acpetación.
– Recuerda cambios repentinos que has tenido que experimentar en el pasado. ¿Qué te ayudó? ¿Qué no te ayudó? ¿A qué te obligó? Y sobre todo, podrás hacerte consciente de cómo al pasar el tiempo, todo lo puedes ver desde la perspectiva que da la distancia.
– ¿Trabajas desde casa? Seguro habrá algunas habilidades que necesitas desarrollar. Aprende, apúntate a cursos, busca espacios para compartir con esos compañeros de trabajo que nunca has visto personalmente. Antes de iniciar cualquier conversación de trabajo recuerda que el que está al otro lado es un ser humano que al igual que tu está sumergidos en un mar de emociones y estados de ánimo. Por ejemplo, te invito a tomar mi curso de primeros pasos para trabajar desde casa.
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