¿La tristeza te acompaña con frecuencia? ¿Cuántas veces vuelves una y otra vez sobre algo que fué doloroso? Cuando lo haces ¿te ayuda, te sientes mejor, te anima?
Existen dos hábitos profundamente arraigados y dañinos: el exceso de pasado y el exceso de futuro.
Hoy quiero que reflexionemos juntos sobre el exceso de pasado.
Seguramente cuando revives una situación dolorosa del pasado, en lugar de ayudarte y reconfortarte, lo que consigues es revivir el dolor, la pena y ponerte en el lugar de víctima, de pobre de mí, de que injusta es la vida, etc.
Este hábito de quedarse en el dolor impide que construyas un futuro diferente, donde puedas estar mejor. Y recuerda que un futuro diferente se construye en el presente.
Cuando puedes atravesar el dolor, la tristeza puede cumplir su función y es ahí cuando logras extraer un aprendizaje, una habilidad, una cualidad de esa situación. Entonces la utilizas para seguir construyendo, como una piedra en una nueva casa, y estará ahí, para siempre.
Porque el pasado está ahí, es inevitable. Sin embargo, en lugar de paralizarte, te dará soporte para la seguir avanzando en tu vida. ¿Qué te provoca esta reflexión? Te leo en los comentarios
Te invito a ver este video en el que te hablo sobre el papel de la tristeza y a realizar el ejercicio que en él te propongo.
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